¿Un retrato informal de Frans Hals?

Publicado: 10 de abril 2025, 14:19

En una de las salas del primer piso del Museo Nacional de Arte de Ámsterdam Rijksmuseum, vemos un retrato de un hombre que a primera vista no parece muy llamativo entre todos los objetos de la sala. Es una pintura oscura, porque tanto la ropa como el fondo son bastante sombríos. Solo el chaleco rojo desordenado, el cuello blanco abierto y el rostro pálido y relajado hacen que el cuadro se ilumine un poco. Si miras al hombre, no pensarías de inmediato que estamos tratando con un juez aquí. No hay sombrero, insignias o uniforme que delatara la alta posición del hombre. Se le ve muy informal y relajado para un juez de la máxima autoridad judicial. Como si el retratista y el hombre retratado se conocieran. Al parecer, el pintor se sintió libre de inmortalizar a esta figura de alto rango de una manera tan relajada. Lo vemos a menudo con el pintor Frans Hals: este pintor de origen flamenco retrata a algunos de sus distinguidos clientes de una manera notablemente informal: sonríen, tienen la boca abierta, se echan hacia atrás relajados con el pelo despeinado y la ropa entreabierta.
Aparentemente, Hals se sentía poco inhibido para retratar a algunos de sus clientes de forma atrevida y nada tradicional. Esta "libertad artística" se explica por las amistades que mantuvo con algunos de sus clientes, lo que permitió al famoso pintor sentir más libertad en la composición de los retratos. Hoy en día, estos retratos informales se encuentran entre sus mejores y más interesantes obras, ya que nos permiten hacernos una idea de la personalidad de quien nos mira. Sentimos algo por la persona que vemos, lo que significa que se ha creado un vínculo emocional entre nosotros y la persona retratada.
Sin embargo, no estamos frente a un cuadro de Frans Hals. Ni mucho menos. La persona retratada es el aragonés Ramón Satué inmortalizado en 1823 por... su amigo Francisco de Goya. Sin embargo, la similitud entre esta obra y los retratos informales de Hals es tan fuerte que esta obra "internacional" es una adición valiosa a la colección "nacional" del Rijksmuseum.

La Inundación de Santa Isabel: trabajando juntos en el 'pólder'

Publicado:  27 de marzo 2025, 09:54

En el departamento de la Edad Media en la planta baja del Museo Nacional de Arte de Ámsterdam Rijksmuseum hay dos cuadros, pintados alrededor de 1495, uno al lado del otro. Juntos forman un paisaje típico holandés, es decir un paisaje de pueblos, ciudades y tierras de cultivo atravesado por arroyos, ríos y canales. El único relieve en este paisaje llano bajo del nivel del mar es el campanario de la iglesia que se eleva sobre cada asentamiento. En el panel izquierdo vemos en primer plano a dos hombres cargando fardos en un carro. Otro hombre está colocando una bolsa en su bote ya completamente cargado. En el panel derecho vemos salir dos barcos también completamente cargados. Un hombre pasa por delante llevando un pesado saco a la espalda. A lo lejos observamos a más gente en barcos: en uno incluso vemos a una familia entera. Se podría pensar que es un día laboral de lo más normal. Pero entonces vemos algo extraño: ¿vacas y ovejas nadando en el agua? Y aún más extraño: ¿hombres muertos flotando en el río? ¿Qué está pasando aquí? Nuestros ojos buscan en los cuadros una explicación a este extraño giro de los acontecimientos. Y la encontramos en la esquina superior derecha: el dique se ha roto y una enorme ola de agua desemboca en la tierra. Las personas que hemos estado observando no van ningún mercado sino ¡huyen de una inundación! Vivir bajo el nivel del mar, el 'pólder', ha sido durante siglos lo más normal del mundo para los holandeses. Tan normal que hoy en día apenas pensamos en ello. Pero hasta hace un siglo, las roturas de diques se producían con regularidad. La causa de estas catástrofes solía ser una combinación de tormentas y el mantenimiento deficiente de los diques. No se puede hacer nada ante una tormenta, pero sí se puede hacer algo con respecto a un buen mantenimiento de los diques. Y esto ha estado sucediendo durante siglos: pueblos y ciudades, independientemente de sus diferencias de opinión sobre muchos temas, se vieron obligados a trabajar juntos para proteger sus tierras. ¡Esta colaboración fue vital! Por lo tanto, se ha convertido en parte del código genético de la sociedad holandesa: trabajar juntos, estén de acuerdo o no. Esta colaboración holandesa es famosa incluso en los círculos políticos internacionales: se llama "el modelo pólder": se trata de dejar de lado las diferencias de opinión o los sentimientos personales y ver hasta dónde se puede trabajar juntos.